martes, 6 de enero de 2009

:)

hoy día este video me está haciendo sonreír.

domingo, 16 de noviembre de 2008

la foto desde la ventana

es lo máximo tomar una foto y luego no verla como un todo sino como un conjunto de pequeños detalles.
por ejemplo, esta foto:

en vez de ser vista como una foto de una calle del centro de lima tomada desde un cuarto piso, puede verse como:

una ventana rota:


un R2D2:

un pata buscando su celular:


un postre que parece crema volteada:


una huevona tomando agua cielo en la puerta de un local de tipeos, locutorio, fax, internet, impresiones y fdt:


una sillita incómoda:


una flecha clavada en la parte de atrás de un carro:


la palabra "toyota" escrita con peluche rojo sobre el protector de tablero de peluche plomo:


y una carita feliz :-)

jueves, 25 de septiembre de 2008

trabajo nuevo, blog nuevo

hoy es el sétimo día en mi nuevo trabajo y el primero en nuestra nueva oficina. me muero de sueño. anoche dormí sólo 5 horas. ahora que me pongo a pensar (ahora que leo lo que acabo de escribir) 5 horas no es poco, sólo sonaba impresionante porque me acosté a las 5 de la mañana. me encanta entrar a trabajar a las 11 de la mañana

todos los caminos para llegar y salir de la oficina están destruidos. toda la ciudad es una chica (medio bonita, medio fea, decente. de ésas que son tus amigas pero nunca tus enamoradas) que durante los últimos meses ha tenido puesta una mascarilla verde y rodajas de pepinillo en los ojos porque quiere verse bonita para una reunión importante que tiene en noviembre, digamos, un quinceañero o una cumbre.

quiero que mi trabajo no quede en el centro de la ciudad, que está infestado por personas rarísimas que parecen todas sacadas de los libros de realidad social peruana que me hacía leer henry pease en el curso del mismo nombre del que me tuve que retirar antes de que se acabe el ciclo para no jalarlo o de los libros que lee mi viejo (y que debe estar leyendo en este momento, mientras yo escribo esto).

el día que nos llamaron para ofrecernos trabajo acá, me encantaba la idea de trabajar para la compañía de medios más influyente del país, que me dejen venir vestido como quiera, que el horario sea totalmente flexible y que me paguen por hacer lo que más me gusta hacer (pensar idioteces y ponerlas en práctica) pero me molestaba el hecho de tener que venir a trabajar todos los días al centro. pero entonces tuve un momento de felicidad. el argentino que nos hablaba nos dijo: "y, bueno, en un par de semanas ya nos vamos a mudar". en ese momento sonreí y pensé "san isidro, san isidro, san isidro, san isidro, ...". estoy seguro de que nadie ha dicho las palabras "san isidro" en su cabeza tantas veces en tan poco tiempo, ni siquiera el papá de christian meier. lamentablemente todo murió cuando terminó su oración diciendo "acá a una cuadra" y señaló con el dedo hacia algún lugar (supuestamente hacia acá).

quiero subir a la terraza del edificio y mirar todos los techos mugrientos que hay por acá, mirarlos uno por uno para ver todas las cosas improbables que te puedes encontrar en ellos. ver que todos están adornados con pedazos negros de madera sucia y grasienta. no puedo alcanzarlos pero estoy seguro de que basta con colocar un dedo sobre uno de esos pedazos de madera para que toda mi mano esté sucia y ya haya ensuciado el polo blanco que tengo puesto. los dueños de todas estas casas deben comprar esos pedazos de madera en el mismo lugar, todos son idénticos. necesito saber dónde los compran.

miro por la ventana y veo la cúpula de una iglesia. el centro sería impresionante si la gente que lo invadió -cuenta la leyenda que hace años el centro no era así, incluso era una buena (creo que hasta la mejor) zona de la ciudad- no fuera tan descuidada y desordenada y sucia y delincuente.

voy a fumar un pucho a la terraza, al costado de la oficina de asuntos antárticos, y a sentirme bien no sólo por ser una de las poquísimas personas en la ciudad que saben que existe una oficina de asuntos antárticos acá, sino además por conocerla y por trabajar un piso debajo de ella.